jueves, 21 de febrero de 2008
"Todas las rosas, la rosa"
lunes, 11 de febrero de 2008
Rapsodia Azul
Rapsodia Azul
Porque azul es la Poesía
de la alada Inspiración,
cerúlea melancolía
que irrumpe en mi corazón,
azul es el bravo príncipe
que repatría con su espada
y el llanto de la princesa
que espera su llegada,
la mirada de las sílfides
y la reina de las hadas.
Azul es la Galatea
y el canto de las apsaras.
Azul es el lapislázuli,
el zafiro y la turquesa.
Azul es la ilusión
que nace en la madreperla.
Azul es el cielo etéreo
y el profundo y ancho mar.
Es el color de los sueños
de la amada libertad.
Azul es el firmamento
de galaxias y estrellas.
Del pincel del Dios creador
las uranias huellas,
los átomos infinitos
y eternos de las ánimas.
Azul ciprés y jacinto,
el frío río de lágrimas,
el arcángel pensador
librado a la templanza
y el silencio de la Musa
cuando concluye la danza.
Azul es la vestidura
de los locos y los sabios
azules son los agravios
cuando el rojo es poderoso.
Azulada es la Poesía
y la alada Inspiración.
Azul es tu mirada,
que alumbró mi corazón.
Elio G.
Esperando a la Inspiración
Vacía sombra oscura, abundante de nada,
silencio y soledad, caos, muerte y ceniza.
Hades en el que el ávido poeta agoniza,
bebiendo del Leteo a Mnemosina olvidada.
Prisión en la que el alma yace atada,
muerte en la que la razón se canoniza,
ilusión en la que el cuerpo esclaviza
a la alada Inspiración para ser matada.
Más el poeta en su odisea de salvarse
busca en el Universo a la extraña criatura
(Musa, Don, copa de Baco o luz del farol)
aunque para ello deba, al Tártaro, aislarse.
Siempre la hora más lúgubre, mustia y oscura
es la que precede al nacimiento del sol.
jueves, 7 de febrero de 2008
La Poesía
que, bajo la apariencia de un dulce sueño,
interrumpes el descanso de mi alma.
Sutil y sagaz ilusión de agua
que, con tus encantos, me haces engañado
y no vivo en el mundo de los hombres.
Elixir mágico y oscuro,
buscado por los antiguos sabios,
que transformas mis carnes en mármol.
Diabólico ser que, con cruel maña,
tomas la sutil figura de la Musa
y enamoras mi corazón con tu suspiro.
Poesía,
tú que me condenas a escribir los sueños
con palabras extrañas y gastadas…
¡Vete ya! ¡aléjate de mí!
Olvida que mi pluma es un pincel
¡Sal de mi camino, de mis horas, de mi sueño!
¡retírate!
No escucharé tus tormentosos ecos.
Mas no se que será de mí,
si tú, ¡Oh, Poesía!, te vas lejos.
Es parte de tu etéreo hechizo
que yo sea feliz con mi tristeza
que yo sienta nostalgia con mi alegría.
La tristeza se hace de suspiros
y la poesía nace de inspiraciones.
Porque tú, Poesía,
sombra de mi alma,
vienes en mis soledades
y me conduces hacia el Paraíso añorado.
Y aunque ande en el valle
de la sombra profunda,
no temo mal alguno
porque, tú, ¡Oh, Poesía!, estás conmigo.